En boom del helado en Italia se da con el Renacimiento (XVI siglo), con importantes nombres que marcarán su futura historia.
Primero entre todos fue tal Ruggeri, un criador de pollos y cocinero a tiempo perdido florentino que se presentó a una carrera entre los mejores cocineros de Toscana convocada por la Corte de los Medici, con tema "el plato más singular que se fuere nunca visto". Ruggeri decidió tomar parte al concurso preparando un "postre helado" con recetas ya olvidadas: su "sorbete" acabó por conquistar todos los juezes, así que él y su receta se volvieron inmediatamente muy famosos en toda la región, y muy requeridos por todas partes.
También la reina Caterina de' Medici, en salida por el viaje que luego la habría vista esposa del futuro Rey de Francia, el duque Enrico d'Orleans, quiso llevar consigo Ruggeri, que ella consideraba el único pastelero en condiciones de humillar a los franceses. Llevado así a Marsella, durante el banquete nupcial, Ruggeri dejó conocer a los ricos franceses su famoso helado, cuya receta era "hielo a la agua con azúcar y perfumada".
Siempre en Florencia en el siglo XVI, el famoso arquitecto escultor y pintor Bernardo Buontalenti, que tenía la pasión por la cocina, fue encargado de preparar excelentes banquetes para huespedes italianos y extranjeros, donde tuvo la posibilidad de presentar sus fabulosos "postres helados", que nacían desde elaboraciones personales y que seguramente eran superiores que los producidos hasta entonces.
Estos sabrosos postres se cocinaban a base de "zabaione" (crema líquida con yemas de huevo y licor) y de fruta, y tuvieron un estrepitoso éxito, dando origen a la famosa "crema florentina" o bien "helado buontalenti" que todavía hoy se puede gustar en todas las mejores heladerias, sobre todo en Florencia. No olvide, si va a viajar en Florencia, comer un helado con crema florentina.
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